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La silla BKF, también conocida como la silla mariposa, es un icónico diseño que ha perdurado en el tiempo desde su creación en 1938. Su origen se debe a los arquitectos argentinos Antonio Bonet, Juan Kurchan y Jorge Ferrari Hardoy, quienes se inspiraron en la forma de las sillas plegables que los nómadas utilizaban en la Patagonia. La silla BKF tiene una estructura simple pero elegante, y su forma orgánica de mariposa ha sido reconocida en todo el mundo como una pieza de mobiliario atemporal.
Actualmente, la silla BKF se sigue fabricando y distribuyendo por Isist Atelier, una empresa que utiliza materiales de alta calidad y técnicas de fabricación artesanal para producir sillas que cumplen con los más altos estándares de calidad y durabilidad. El cuero utilizado para la tapicería de la silla BKF se obtiene de bovinos criados en la Bretaña francesa, y se somete a un proceso de curtición 100% vegetal con extractos naturales de mimosa y quebracho. Este método de curtición no solo es respetuoso con el medio ambiente, sino que también produce un cuero transpirable y antialérgico, ideal para un producto de uso diario.
La también conocida como silla Butterfly, es un objeto de culto del diseño del siglo XX que ha sido incluido en la colección permanente del Museum of Modern Art (MOMA) de Nueva York desde 1944. La silla fue adquirida por Edgar Kaufman, quien también compró una segunda unidad para la icónica Casa de la Cascada diseñada por el arquitecto Frank Lloyd Wright. Gracias a su diseño innovador y su estética atemporal, la silla BKF ha trascendido el tiempo y las tendencias para convertirse en un icono del diseño moderno, admirado y utilizado en todo el mundo.
La estructura de la silla BKF está hecha de acero macizo pulido y pintado en epoxi negro, lo que la hace resistente y duradera. Los cuatro pilares de la base aseguran una distribución uniforme del peso, lo que hace que la silla sea estable y segura. La unión de las piezas de cuero se realiza con hilos alemanes de la firma Güterman, y se cosen con máquinas de cabezal de triple arrastre para garantizar una unión perfecta y duradera.
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La silla Calla, diseñada en 2010 para Zanotta, combina elegancia y sofisticación a través de sus curvas, detalles y costuras resaltadas, evocando la sensualidad y la fuerza del mundo animal y vegetal. Con su dualidad entre la fuerza y la suavidad, esta pieza es un testimonio de habilidad artesanal y un hito en el diseño de muebles contemporáneos.
El Grand Relax de Antonio Citterio es un lujoso sillón reclinable, en el que se combinan un extraordinario confort con unas dimensiones compactas y una estética clásica y discreta.
Con su aspecto atemporal y su estructura mesuradamente orgánica, el sillón orejero Oolong es un refugio íntimo y sofisticado donde la sensación táctil y material es central.
La Plastic Chair LSR compacta era una de las sillas favoritas de Charles y Ray Eames: utilizaban esta silla baja por toda la Eames House, su legendaria casa de Pacific Palisades, cuando la necesitaban y especialmente en las reuniones con sus invitados. Se puede usar tanto en interiores como en exteriores.
El sillón CH28T de Hans J. Wegner de 1951 es tan funcional como escultural. La silla, que se puso en producción al año siguiente, es un diseño cuidadosamente considerado, que captura muchos de los elementos característicos del maestro.
Antoni Bonet (1913-1989) fue un destacado arquitecto, urbanista y diseñador español, cuyo legado ha dejado una huella significativa en el mundo de la arquitectura y el diseño. Nacido en Barcelona, Bonet se formó en la Escuela Superior de Arquitectura de Barcelona (ETSAB) y pronto se unió al Grupo de Arquitectos y Técnicos para el Progreso de la Arquitectura Contemporánea (GATPAC). Durante su carrera, colaboró estrechamente con renombrados arquitectos como Josep Lluís Sert y Josep Torres Clavé.
Una de las contribuciones más destacadas de Bonet fue la fundación de su propia empresa, MIDVA, especializada en muebles y decoración para la vivienda moderna. Junto a Sert y Torres Clavé, trabajó en numerosos proyectos innovadores que fusionaban la arquitectura y el diseño de interiores, creando espacios habitables que combinaban funcionalidad y estética.
En busca de una mayor formación y experiencia, Bonet decidió estudiar con el renombrado arquitecto Le Corbusier en París durante dos años. Posteriormente, en 1938, se trasladó a Argentina, donde fundó el Grupo Austral en colaboración con Jorge Ferrari Hardoy y Juan Kurchan. Fue durante esta etapa que diseñó la icónica silla BKF, que se convertiría en un ícono del diseño moderno.
Bonet desarrolló gran parte de su carrera en Argentina y Uruguay, donde dejó un legado arquitectónico notable. Sin embargo, en 1963 decidió regresar a su Barcelona natal. Allí, sus proyectos más reconocidos incluyen la Casa Gomis, también conocida como La Ricarda, ubicada en el Prat del Llobregat y galardonada con el Premio Extraordinario FAD 1958-78. Otros proyectos destacados en Barcelona son el Canòdrom de la Meridiana, premiado por el FAD en 1963, y el Edificio Mediterráneo.
Bonet se considera un arquitecto racionalista, y su enfoque abarcaba desde la concepción de muebles hasta el planeamiento de ciudades completas. Creía firmemente que la labor del arquitecto abarcaba todos los aspectos del entorno construido, y se dedicó a investigar nuevos materiales y formas para crear espacios arquitectónicos y muebles que sirvieran a las necesidades de los habitantes.
La visión holística de Bonet y su pasión por la integración de la arquitectura, el diseño y la funcionalidad continúan siendo fuentes de inspiración en el campo de la arquitectura y el diseño hasta el día de hoy. Su trabajo perdura como un testimonio de su compromiso con la creación de entornos habitables y estéticamente atractivos para las personas.
Jorge Ferrari Hardoy fue uno de los principales integrantes y fundadores del Grupo Austral (1937-1941), cuyo trabajo fue fundamental para la arquitectura moderna argentina. El grupo surgió a partir del encuentro de Bonet, Kurchan y Ferrari Hardoy en el estudio de Le Corbusier en París. Tras graduarse de la Escuela de Arquitectura de la UBA en 1937, Ferrari Hardoy emprendió un viaje de estudios organizado por la facultad, durante el cual tuvo la oportunidad de trabajar en el estudio de Le Corbusier en un plan diseñado por este último para la Ciudad de Buenos Aires.
A lo largo de su carrera profesional, Ferrari Hardoy se dedicó principalmente a temas urbanísticos. En 1947, fue el representante argentino ante el CIAM (Congreso Internacional de Arquitectura Moderna), y en 1948 se desempeñó como Consejero Director del EPBA (Estudio del Plan de Buenos Aires), una oficina encargada de diseñar un plan regulador para la ciudad. En 1949, dirigió la Exposición de Urbanismo en el IV Congreso Municipal Interamericano. Además, en 1955, fue responsable de la organización de la Escuela de Arquitectura y Planeamiento de la Universidad del Litoral, donde más tarde se convirtió en director del Instituto de Arquitectura y Planeamiento. Finalmente, en 1964, se unió como profesor adjunto a la Facultad de Arquitectura de la UBA.
Entre sus obras más destacadas se encuentran el sillón BKF (1938), diseñado junto con Bonet y Kurchan; el edificio de departamentos de O’Higgins 2319 (1941, Ferrari Hardoy y Kurchan); el edificio de departamentos de Virrey del Pino 2446 (1944, Ferrari Hardoy y Kurchan); el edificio de departamentos de Figueroa Alcorta 3492 (1951); y la casa Guerrero (1959). Además, participó en diversos proyectos urbanísticos, como el Plan Director de Buenos Aires (1938); el Plan Regulador de Mendoza (1943); la planificación urbana y regional del Valle de Tulún en San Juan (1944); los proyectos de urbanización para el Jardín Zoológico y el Bajo Belgrano (1948); el Plan Necochea-Quequén (1951); el estudio urbanístico de la Ciudad Universitaria de Rosario; y los planes reguladores de San Nicolás y Cañada de Gómez (1959).
El legado de Ferrari Hardoy en la arquitectura y el urbanismo argentino es invaluable. Sus contribuciones teóricas y su dedicación a la planificación urbana dejaron una marca significativa en la forma en que se concibe y desarrolla el entorno construido en Argentina.
Juan Kurchan (Buenos Aires, 1913-1972) fue un destacado arquitecto, urbanista y diseñador argentino, reconocido como una figura clave en el desarrollo del Movimiento Moderno en su país. Se graduó en la Escuela de Arquitectura de la Universidad de Buenos Aires en 1937. Durante su formación, tuvo la oportunidad de trabajar en el estudio de Le Corbusier en París junto a Jorge Ferrari Hardoy, entre 1936 y 1937. Esta experiencia marcó profundamente su visión arquitectónica y sentó las bases para su colaboración futura en proyectos significativos.
Una de las contribuciones más destacadas de Kurchan y Ferrari Hardoy fue su participación en el «Plan de Buenos Aires». Tras su regreso a Argentina, continuaron colaborando con Le Corbusier y trabajaron en el proyecto que se publicaría en 1947 bajo el título de «Plan Director de Buenos Aires». Este plan, que proponía una transformación radical de la ciudad para adaptarla a las necesidades modernas, tuvo un impacto duradero en la planificación urbana de Buenos Aires.
En años posteriores, Kurchan fue uno de los fundadores del Grupo Austral (1937-1941), junto a Antonio Bonet y Jorge Ferrari Hardoy. El grupo introdujo nuevos conceptos teóricos en la práctica arquitectónica argentina a través de su Manifiesto Austral, publicado en la revista Nuestra Arquitectura en 1939. Además de su trabajo teórico, el Grupo Austral se destacó por el diseño del emblemático sillón BKF, que se convirtió en un símbolo del diseño industrial argentino y recibió reconocimiento internacional durante los años 40.
A lo largo de su carrera, Kurchan se dedicó a la creación de edificios residenciales, viviendas colectivas y unifamiliares vanguardistas en la ciudad de Buenos Aires, en colaboración con Ferrari Hardoy. También desempeñó un papel importante en la Reconstrucción de la ciudad de San Juan después del terremoto de 1944. En 1952, asumió el cargo de Director General de Urbanismo de la Municipalidad de Buenos Aires, donde dejó su huella en el desarrollo urbano de la ciudad hasta 1960.
Posteriormente, Kurchan formó parte del Grupo URBIS, especializado en arquitectura y planeamiento. Este grupo estaba integrado por destacados profesionales como José Luis Bacigalupo, Alfredo Luis Guidali, Jorge Osvaldo Riopedre, Héctor Ugarte y Simón L. Ungar. Juntos, realizaron proyectos arquitectónicos y de planificación en Argentina, Uruguay, Chile y Brasil. Entre las obras notables en las que participaron se encuentra el Centro de Biología Marina en Ushuaia y el Plan Urbis para Buenos Aires.
A lo largo de su carrera, Juan Kurchan recibió numerosos reconocimientos por su destacada labor como diseñador. Su contribución al campo de la arquitectura y el diseño dejó una huella perdurable en la historia de Argentina y en el desarrollo de la estética moderna en el país. Su enfoque innovador y su compromiso con la transformación urbana siguen siendo fuente de inspiración para las generaciones futuras de arquitectos y diseñadores.
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